jueves, 6 de noviembre de 2025

Temo la noche (Narración - cuento)




Temo a la noche, no es nictofobia, no llega a eso. No temo por la oscuridad, ni por la luna llena.

De niño, el objetivo era que ni un brazo, mano, pierna, pie o cualquier otra parte del cuerpo saliera de la cama, de la tijera de lona, con eso me cubría de cualquier monstruo que pudiera estar bajo la cama, aguardando que me durmiera y se sintiera en libertad de atacarme.

En la adolescencia, llegaron los preparativos de la guerra, entonces eran los toques violentos de puerta por la noche, un grito en el vecindario, un tiro al aire, una balacera (enfrentamiento armado decían los medios de comunicación). Un amigo o conocido que desapareció, otro que amaneció hecho cadáver torturado, eso era el temor diario.

Después eran las pandillas, la protección era simplemente evitar la zonas peligrosas, no ir ni de visita, excepto en las que tenía familia en la que ellos mismos nos acompañaban al entrar y salir para protegernos.

Y luego llegó la madurez, la tercera edad que le dicen, y entonces temo a la noche por costumbre, porque siempre le he tenido temor. 

Pienso que podría ser porque cada día estoy más solo, que los conocidos se van de la vida, que muchos, a quienes amé y me amaron, ya no están más aquí, al hacer cuentas, ninguno de ellos murió de noche, por eso es que no temo a la noche por la muerte, porque hasta hoy solo la he visto llegar de día.

Pero ya es costumbre, siento temor de la noche, no por la oscuridad, ni por la luna llena, es solo porque estoy dormido, por eso temo a la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario. Lo revisaré y si no es ofensivo en ninguna forma, sin duda lo publicaré. Gracias de nuevo