viernes, 20 de mayo de 2022

...los mismos de siempre...


Viernes triste... leo en Revista "Proceso" de México, que "...el miércoles (18 de mayo) por la noche, alrededor de las 21 horas, César Vladimir, de 36 años, y su hijo Malthus Alexander, de 7,ambos de nacionalidad salvadoreña, intentaban cruzar atados a un cable con garrucha sobre el Río Suchiate desde el poblado El Carmen, desde Guatemala, hacia el poblado Talismán, del lado mexicano" y, en el intento, fallecieron.

Para completar el drama, la revista agrega que: "La también salvadoreña Marina Alexandra “N”, de 26 años de edad, esposa de César y madre de Malthus, sí alcanzó a cruzar el río; del lado mexicano empezó a gritar y pedir auxilio a los cuerpos policiacos y migratorios de ese paso fronterizo, quienes de inmediato reportaron a los servicios de emergencia, que anoche (miércoles) mismo se aproximaron, pero no encontraron a las dos personas"

El río los arrastró. El jueves "encontraron el cuerpo del niño sobre unas piedras del Río Suchiate a la altura de la comunidad El Chical, en el mismo municipio de Tuxtla Chico"... "Una hora después fue localizado el cuerpo de César Vladimir “N” a la altura de la comunidad Francisco Villa, también en el municipio de Tuxtla Chico."

En El Salvador, ese mismo jueves por la noche, Yolanda, mi amiga del alma, compartió un enlace de "Radio Ambulante", es una entrevista a Oscar Martínez, periodista salvadoreño y hablan sobre migrantes y el libro: "Los migrantes que no importan".

Nada nuevo... el 23 de junio de 2019 (4 años atrás)  "Un refugiado salvadoreño y su hija de un año y 11 meses murieron ahogados"... "al ser arrastrados por la corriente del Río Bravo, que intentaban cruzar por Matamoros, Tamaulipas, hacia Estados Unidos".

Esos son los que supimos, los que llegaron a crear una noticia, hay cientos, miles, anónimos...

¡Qué dolor, seguimos siendo los mismos de siempre!, los eternos indocumentados, los que obligaron a Reino Unido a exigirnos visa, los que apenitas volvieron, los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera, los tristes más tristes del mundo, los mismos de siempre, los salvadoreños.