vendrás, marchando junto a mí y así verás, tu canto y tu bandera florecer la luz,
de un nuevo amanecer anuncian ya la vida que vendrá
De pie luchar, el pueblo va a triunfar
será mejor la vida que vendrá,
a conquistar nuestra felicidad
y en un clamor mil voces de combate se alzarán dirán, canción de libertad...
El año 1967, durante 24 días, los trabajadores de la empresas Acero S. A. que se encontraba ubicada en las afueras de Zacatecoluca, sobre la carretera de El Litoral, mantuvieron una huelga para lograr que les pagaran un colón más por jornada de trabajo y que les brindaran transporte de la fábrica hasta Zacatecoluca.
Como ha sido costumbre, tanto la patronal como el gobierno buscaron doblegarlos, al principio ignorándolos, luego amenazándolos, pasando a la represión, en principio legal (mediante leyes y acuerdos o sentencias del Ministerio de Trabajo), para saltar a la represión física.
Antes de llegar a la última etapa, las centrales sindicales (ideológicamente opuestas) más grandes en ese momento la Confederación General de Sindicatos (C.G.S. alineada al gobierno de ese momento) y la Federación Unitaria Sindical de El Salvador (FUSS de izquierda) firman acuerdo para apoyar la huelga de estos trabajadores, superando para esa ocasión, las diferencias ideológica y alcanzando "Unidad en la acción".
Juntos preparan la respuesta de los trabajadores que es, además del apoyo material al sindicato de Acero, el apoyo de todos sus sindicatos afiliados que, como respuesta a la intransigencia de la patronal, deciden irse a un paro general escalonado, parando cada cierto tiempo una o varias industrias (ferrocarriles, bebidas, panaderías, etc.).
Luego de muchos estiras y aflojas, y con la presión de la paralización de cada medio día más industrias, la patronal y el gobierno aceptaron el pliego de los trabajadores. La huelga finalizó y el aprendizaje fue uno: La unidad en la acción de los trabajadores es capaz de sentar a negociar al más testarudo o envalentonado político y propietario.
Los logros de los trabajadores jamás han sido regalos o actos de justicia surgidos de la patronal o los gobiernos, viejos o nuevos.
En 1965, una enorme manifestación de maestros, da origen a lo que llegaría a ser, legalmente en 1967, "Andes 21 de Junio", organización capaz de mantener en 1968, una huelga de maestros de 58 días, fue llamada la lucha por la "Dignidad Magisterial", porque a esa fecha las prestaciones de los maestros eran inexistentes. 58 días en los que la solidaridad se vio, se sintió, se vivió. Las cocinas de los mercados se abrieron para que los maestros saciaran el hambre, la gente común, sencilla, corriente, brindaba su apoyo económico; obreros se alinearon al lado de los maestros para marchar, protestar, piquetear... hasta que el gobierno se vio obligado a "negociar" aceptando las condiciones de los maestros.
Finalizando la década del 70, fueron sindicatos como los de CEL y fábricas diversas, las que irán a paro, con apoyo solidario de otros sindicatos en otras industrias, algunas incluso parando en apoyo a los que pelean por sus derechos.
Repito, los logros de los trabajadores, jamás han sido concesiones pacíficas... Cada una ha sido arrancada de las manos egoístas de patronos y Estado...
Si usted es trabajador (obrero, técnico, empleado, profesional asalariado), es bueno recordar (o aprender) eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario. Lo revisaré y si no es ofensivo en ninguna forma, sin duda lo publicaré. Gracias de nuevo