Imagen tomada del homenaje hecho a
Roberto Franco
por la Revista "La Zebra", al final puede ver el enlace.
Se auto presentó, dijo llamarse Aurora y de apellido Bloque, así la conocí esa tarde de 1979 en el auditórium de derecho de la Universidad de El Salvador, donde el Movimiento de la Cultura Popular (MCP), alineado con el Bloque Popular Revolucionario (BPR) frente de masas de las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí”, presentaba una jornada cultural, en la que ella, la Aurora, era un participante más, ente cantantes, declamadores y músicos.
Viéndola y escuchándola, uno llegaba a olvidar que, acurrucado tras el podio de la rana, se encontraba el autor intelectual de ese guiñol, con el tiempo supe que se llamaba Roberto Franco, nunca le saludé, no le conocí. Yo únicamente pude escuchar a la Rana que dicho sea de paso, era muy estricta en su definición, ella era un guiñol, no títere o marioneta, esos, afirmaba, estaban en el gobierno, en casa presidencial.
Fue enamoramiento a primera escuchada y vista, siempre que me enteraba que la Rana llegaría por la UES, corría a verla, no importaba la diferencia entre la estrategia y táctica, las variantes ideológicas entre insurrección y GPP, eso era intrascendente. Escuchar a la Rana y a los demás artistas, permitía un momento de relax, el arte calma cualquier bestia… Era una belleza.
La rana era color verde, excepto lengua y la palma de sus manos, esas eran rojas. Cuando la Junta Revolucionaria que derrocó a Carlos Humberto Romero, logra acuerdo con el Partido Demócrata Cristiana (PDC) para gobernar y el Ing. Napoleón Duarte es parte de la Junta, en esta época recuerdo que la rana insistía en que no le juzgaran por su color (verde, que era el mismo color del PDC), pero que de sus manos y su lengua (que eran rojas) se reservaba comentarios.
Cada presentación era una novedad, pero lo siempre alteraba la paz era el partido, la multitud siempre gritaba “El partido, el partido” y la Rana respondía: “Lo estamos construyendo”, el público reía e insistía: “el partido, el partido” y luego de hacerse rogar iniciaba la narración al mejor estilo “gol de KL”: “En el Estadio Cuscatlán de 21 mil kilómetros cuadrados, con cinco millones de espectadores…” cada dirigente popular, partidario, gremial, militar, gubernamental era un jugador y jugaba en uno de los dos equipos: pueblo o dictadura militar.
Con magia en las palabras describía cada jugada, cada drible, cada engaño, y el supremo momento de todo partido de fútbol: El Gol, cuando era del equipo del pueblo el auditorio se integraba y aumentaba el volumen del grito, al contrario… ¿se podrá escribir? veamos… un gol del equipo del pueblo era: “Gooooooooooooooooooooooooooooooool!!!!, nos tomamos el Ministerio de Economía” un gol del equipo contrario era “gol tenemos la Ley de garantía…” así de seco.
Años luego de la firma de los acuerdos de paz, conocí a Quique R., compartió muchos momentos y anécdotas y nos recordamos de la Rana, él me contaría que eran dos ranas, la verde que yo conocía y la roja pelo amarillo que nunca ví. Poco a poco me he ido enterando de otras cosas como que la rana cambió nombre, y…v
Yo conocí la verde, que se presentó como Aurora de apellido Bloque aquella tarde de 1979, esa misma que más de una vez nos hizo sonreír en momentos especialmente duros de la vida… El dueño de la rana fue desaparecido un día sin más, dicen que frente al Teatro Nacional, era ya 1983 y sin haberlo conocido puedo afirmar, que se perdió un gran artista, talentoso, creativo, innovador, improvisador de primera… uno realmente único, se llamó Roberto Franco.
Gracias hermano por haber aliviado la carga de aquellos días con tu guiñol Aurora Bloque, gracias por el ánimo en los momentos difíciles de aquellos años, por tu ingenio, tu creatividad, por las sonrisas que nos sacaste cuando solo daban ganas de llorar. Gracias hermano y descansa en paz.
Puede leer Un homenaje hecho por Revista “La Zebra” a Roberto Franco
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