lunes, 29 de julio de 2013

El payaso y la luna



Un día más de derrota lo recuerdo bien, no se porqué, pero debe haber sido doloroso para que lo olvidara. Creo que el rostro del hombre siempre refleja el sentimiento, lo interno y era evidente eso. Alguien tenía una pequeña grabadora y dentro de ella un casete con música de Guaraguao, el grupo venezolano que tanto acompañó los sueños que teníamos.

En un acto de solidaridad, me la extendió y yo me arrinconé en algún lado a escucharle con bajo volumen como era la costumbre, y "Venezuela Floklore y esperanza" se fue derramando canción a canción sobre el pecho, ya que decidí recostarme y colocar la grabadora sobre el pecho, mientras con los ojos cerrados buscaba razones para superar el dolor.

Un momento difícil, Roberto se despidió y le extendí la grabadora dándole las gracias, pero imagino que dolor y soledad estaban bien dibujados en el rostro, que me sonrió y me dijo, "Mirá ya voy tarde y más es lo que me pueden robar, que te quede, yo paso mañana, por ella" di las gracias y volví a recostarme, Roberto se fue.

Gestos sencillos, que mostraban el nivel de solidaridad que reinaba en ese ambiente. Desde entonces "El payaso y la luna" es para mí, un canto de esperanza, de saber que mañana será otro día, que lo malo de hoy será experiencia para mañana, que la vida sigue y mientras exista, hay que continuar la batalla contra la corrupción, el oportunismo y otros tantos males que existen, pero sobre todo, asumir la responsabilidad de no caer en eso que siempre hemos combatido.

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