Otro compañero me indicaba: "Ni te responden el saludo" y yo respondía con un recuerdo: "Mi madre me decía que ese no era mi problema, que mi responsabilidad es saludar, si responden o no es problema de ellos".
Así fui educado. A mis hijos se les enseñó y a mis nietas les enseñamos la existencias de las "palabras mágicas": "Por favor", "Gracias" y como complemento la obligación de saludar cuando llegan a un lugar: "Buenos días", "Buenas tardes", "Buenas noches".
En Colombia, Antanas Mokus, entre otras cosas impulsó el saludo como parte de la "cultura ciudadana" que impulsaba desde la Alcaldía de Bogotá, y le funcionó muy bien.
Hoy se han puesto de moda nuevamente, por una orden ministerial. Pues que bueno, pero eso es algo que nunca deberíamos haber perdido, una cultura que se mantiene aun en el campo, sobre todo por las personas de edad.
Mi experiencia es que esto tiene efecto multiplicador, recuerdo que años después quien me indicaba que ni me respondían el saludo, empezó también a saludar, porque se dio cuenta, que aun cuando fuera solo por compromiso, los compañeros empezaron a responder el saludo.
Algunos compañeros, en cuanto me veían se sonreían y respondían el saludo, es decir saltamos de la indiferencia y el ignorar el saludo, a un nivel de al menos conocidos por el saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario. Lo revisaré y si no es ofensivo en ninguna forma, sin duda lo publicaré. Gracias de nuevo