jueves, 30 de octubre de 2025

Los tiros al aire de algunos profesionales


Algunos profesionales se "disparan" con diagnósticos apresurados a problemas de su especialidad, un defecto salvadoreño, creo.

Cuando jugué a estudiar ingeniería, aprendí que todo problema tiene solución, que el trabajo del ingeniero es buscar la solución óptima. Que en ese proceso de buscar solución, lo primero que se hace es DETERMINAR CUÁL ES EL PROBLEMA, para eso existe el PROCESO SOLUCIONADOR DE PROBLEMAS.

Un mal análisis del problema, lleva a fracasos escandalosos y las más veces, carísimos. Cuando se viaja al Occidente del país o se hace al Oriente, puede ver ejemplos escandalosos de este tipo.

Martes, cerca de la medianoche, reunido con un médico de emergencia, me dispara: "Al ver sus análisis (revisa mis datos de sangre y orina), lo que veo es que sus riñones están funcionando a un 50%, es decir estamos frente a una Insuficiencia Renal Crónica Grado 1, no es grave, pero bueno, habrá que tomar medidas".

El disparo pasa rozándome y pega directo en mi esposa, que lógicamente se asusta, se queda en silencio, veo su rostro y pienso: "Juela, justo hoy que cancelé los últimos dos seguros de vida que tenía" porque pienso:

Insuficiencia Renal > Diálisis > pésima salud pública > mediocre semi-pública > MUERTE.

Mentalmente me causó gracia, porque recordé el PROCESO SOLUCIONADOR DE PROBLEMAS.

¡Claro que me puede pasar! pero un diagnóstico como eso no debería dispararse con dos hojas de exámenes, sin antes seguir una serie de exámenes mayores, investigación del historial del paciente y otras cosa que los médicos sabrán.

"Consultaré con la internista de turno" me dijo, ella de inmediato ordenó otros exámenes y me sentó para informarme los resultados, me indicó suero, dos medicinas (una pastilla y algo aplicado en suero) y bueno, no me mencionó para nada el dictamen anterior. Ordenó más exámenes, que por la hora, dos de la madrugada, quedaron pendientes para ser tomados a las 6:00 a.m. Mientras, me entretuve, viendo al suero correr. 

Se retira la internista de su turno. Consulto quien dará seguimiento, me indica: "Cualquier duda con quien esté en el consultorio a la hora que salgan los exámenes". Entiendo su cansancio de turno (sobre todo por el embarazo) y le doy las gracias. Afortunadamente aparece el cirujano que me vio el día anterior, el primero que tomó mi caso, que escuchó con paciencia e interés mi historia y ordenó los exámenes que hicieron que su colega disparara el diagnóstico antes mencionado, consulto con él y será él quien me dará solución inmediata al problema que consulto. El no pudo seguir mi caso la noche anterior porque le llamaron a cirugía de emergencia me buscó, se disculpó, me explicó la situación y me indicó quien daría seguimiento a mi caso.

Esa noche vi al menos a seis personas accidentadas en motos, es algo que cualquier ministro de salud debería estar muy preocupado y que cualquier director del ISSS debería estar montando estrategia para combatir, porque el costo de cada uno de ellos no es barato (al menos según los casos que vi esa noche). Pero a lo mejor no llevan estadísticas de esto.

Los resultados de los exámenes saldrán, a las 2 de la tarde. Regresamos a casa a las 8 de la mañana (desde las 8:00 p.m. del día anterior).

La tarde de miércoles, vamos por los resultados, hablo con quien me asignaron y me sorprende en primera el rostro joven del médico, pensé que era un médico general, le explico de pie, pensando que solo mirará las hojas, me dirá todo esta bien o no y ya. Le comenta la situación con rapidez, me llama la atención que deja la computadora y se clava en mi mirada, cuando escucha el caso me dice: "Si gusta tome asiento", sin despedir la mirada.

Acepto su invitación, me siento y cuando respondo su primera pregunta entra una paciente, que se disculpa conmigo y de una vez le suelta que la medicina que le dieron le preocupa que le vaya a afectar más en el hígado, el joven médico responde que toda medicina pasa por el hígado o riñones, que no hay mucho que hacer, que no le puede ofrecer opciones, ella pregunta si no habrá algo en el mercado que ella pueda comprar (el temor de muchos hoy en día: la calidad de lo que nos dan en el seguro), le explica que no tiene opciones que ofrecerle, ella pregunta por cuestiones naturales, él le dice que no conoce, pero que en todo caso es una pastilla cada 12 horas por dos días, que ha puesto mucho cuidado en la dosis. La señora piensa, le hago el cálculo, son dos por día, por dos días, 4 en total. Ella revisa la caja y en efecto son 4. Da las gracias y se va más conforme.

Continuo con mi historia y una doctora de mucha más edad de quien me atiende le pide ayuda para calcular la fórmula de no se que cosa, el se disculpa conmigo, revisa sus recuerdos y responde con un 4 x punto algo, por la edad; ella le da los datos, él voltea al computador y se lo calcula, es de tanto le responde, y ella dice pero en la farmacia solo hay de punto 50 (en efecto, fui testigo involuntario de cuando ella fue a preguntar a la farmacia por la existencia de un medicamento y le dijeron que había de punto 50). Él hace un nuevo cálculo y le dice se pasa un poquito pero no le afecta, puede darle de ese, ok. la señora se retira.

Nueva disculpa, retomamos la conversación, entra otra joven doctora, que dice "doctor disculpe, ¿le interrumpo?",  Disculpas conmigo y a ella le responde "Dígame", le consulta el caso de una paciente 24 años que ACV, que no se qué, que no se que más, acude de nuevo al computador, le dan un dato, y se queda revisando pantalla, al final la joven colega se va contenga de que comparten la idea de enfrentar esa enfermedad.

Volvemos a la historia, me pide los exámenes, los revisa, ingresa datos en la computadora, me pregunta por otros, le digo que cargo los del día anterior, me los solicita, los ingresa al computador, revisa valores, hace consultas, piensa y me finaliza indicando lo que cree que está pasando, me insiste en que trate de rebajar peso, esa gordura mórbida le va a afectar en su condición, evite estos alimentos, aumente estos y bueno, todos los consejos válidos para mi caso.

Inicio yo mis preguntas, toma nota de algo, sigue atento y responde. Al final de la consulta le pregunto "¿Usted es médico general?", me dice "no", ¿Cirujano?" esta pregunta se cruza con su respuesta "Internista", pregunto "¿Cuántos años tiene?" me clava la mirada y me dice "36", "o sea de las primera generaciones de bachilleres de 16, 17 años", me sonríe y dice "Sí" y me sale espontáneo: "¡Qué bueno que no quiso ser youtuber!". El sonríe.

Al finalizar me indica una sola medicina, me explica la razón, digo de acuerdo, y en lo que la escribe en el computador le doy las gracias y le digo "Venía nada más a que me dijera si llegaría a diciembre..." me interrumpe "¿Perdón?", "Sí, venía a que me dijera si guardaba el aguinaldo o me lo gastaba ya", sonríe y me dice, "Guárdelo". "Que siga mejor don Carlos y cuídese" Se despide. Saludo y me voy.

Al salir pienso, realmente el ISSS aun tiene aun elementos valiosos, pero sobre todo, valiosos y jóvenes el cirujano de la noche y la madrugada, la cansada internista de la madruga, este joven internista, incluso, quien disparó al aire, porque, a pesar del disparo, siguió el proceso, consultó al siguiente nivel y trasladó mi caso. Ojalá no lo vayan a tirar por el caño los políticos de siempre.

martes, 21 de octubre de 2025

Las palabras mágicas



"Parecés candidata en carroza de pueblo, solo te falta tirar dulces" me dice quien me acompaña. El comentario surge porque cada día que ingreso al Ministerio de Hacienda, saludo con un "buenos días" a quien quiera que me encuentre, empleado, técnico, jefe, director, quien sea.

Otro compañero me indicaba: "Ni te responden el saludo" y yo respondía con un recuerdo: "Mi madre me decía que ese no era mi problema, que mi responsabilidad es saludar, si responden o no es problema de ellos".

Así fui educado. A mis hijos se les enseñó y a mis nietas les enseñamos la existencias de las "palabras mágicas": "Por favor", "Gracias" y como complemento la obligación de saludar cuando llegan a un lugar: "Buenos días", "Buenas tardes", "Buenas noches".

En Colombia, Antanas Mokus, entre otras cosas impulsó el saludo como parte de la "cultura ciudadana" que impulsaba desde la Alcaldía de Bogotá, y le funcionó muy bien.

Hoy se han puesto de moda nuevamente, por una orden ministerial. Pues que bueno, pero eso es algo que nunca deberíamos haber perdido, una cultura que se mantiene aun en el campo, sobre todo por las personas de edad.

Mi experiencia es que esto tiene efecto multiplicador, recuerdo que años después quien me indicaba que ni me respondían el saludo, empezó también a saludar, porque se dio cuenta, que aun cuando fuera solo por compromiso, los compañeros empezaron a responder el saludo.

Algunos compañeros, en cuanto me veían se sonreían y respondían el saludo, es decir saltamos de la indiferencia y el ignorar el saludo, a un nivel de al menos conocidos por el saludo.


jueves, 16 de octubre de 2025

Los Amigos

 

- ¿Qué tal le fue?

- Bien, ¡ya tengo un amigo!

Siete años de edad, mi madre me recibe luego de mi primer día de clases y yo, emocionado le menciono que tengo un amigo, era Milton, a lo mejor, ambos, yo el más gordo, él el más alto, rechazados por el común de alumnos, nos encontramos platicando y nos reímos un poco, nos "hicimos amigos".

Mi madre, asume su rol y me indica. "No, no es su amigo, es u compañero de clases, de escuela, con el tiempo usted aprenderá que hay amigos, cheros y compañeros de clase, luego, cuando trabaje, igual tendrá amigos, cheros y compañeros de trabajo", luego agregó "Los amigos se conocen con el tiempo, son aquellos que siempre estarán a su lado, en las buenas, en las malas, en las mejores, en todas". 

A lo mejor, por ser mi primer día de clases en el primer grado, a lo mejor porque la maestra fue capaz de hacernos un día especial, a lo mejor la conciencia del reto que empezaba el aprendizaje académico, a lo mejor todo, sus palabras quedaron grabadas en mi mente.

Gran verdad, los amigos son para toda la vida, se quedan en ella, se conocen caminando la vida, se llegan a querer porque ellos y ellas te quieren, se es brutalmente honesto entre nosotros, están pendientes de tu salud, de tu bienestar, del de tu familia y cuando se ha requerido apoyo no fruncen el ceño, son los primeros en presencia.

Ese mismo día mi madre me dijo, "tendrá muchos cheros y muchos más compañeros de trabajo o de estudio, pero amigos, serán muy pocos, muy pocos".

Así es. Son pocos pero son los mejores, los hermanos y hermanas del alma, a los que puedo pedirles un consejo, una recomendación y siempre será la mejor, porque lo darán pensando en ellos, qué harían ellos en esa situación. No los cuento, pero sin duda sobrarían dedos de las manos. Pero son ellos, los únicos los mejores y les quiero y agradezco a Dios haberlos puesto en mi camino y haberme dado la sabiduría para identificarlos. Gracias mis hermanos, gracias mis hermanas, ustedes saben quienes son, no tengo que nombrarlos.

Se les quiere un montón.

jueves, 9 de octubre de 2025

Juanita

Mi primer recuerdo de tí es tu sonrisa, apenas recuerdo que usabas un short blanco, de inmediato tu sonrisa conquistó mi mirada y ya no vi más.

Fue Nora, mi hermana, quien nos presentó sin estar presente. Un buen día me llamó por teléfono para preguntarme si podía ayudarle a una amiga que estudiaba fisioterapia y que tenía complicaciones con física médica, depende del nivel de física le dije, porque apenas cursé dos cuando jugué a estudiar ingeniería, me explicó los temas que veían y dije sí, creo que puedo apoyarla.

Nos reunimos luego de tres intentos, empezamos a estudiar juntos, fue fácil, tu inteligencia es superior, pero además tenías sencillez, humildad. Llegaste en mi época de frustración, mi vida iba entre el trabajo y las cervezas, la decepción era total y seguía vivo porque no había muerto.

Tu estabas en un curso de árbitro de fútbol, solo eran dos mujeres tu y Alicia, otra profesora de educación física. Te graduaste y me invitase al acto y ví a periodistas deportivos de renombre entrevistarte para un artículo en una revista que publicaban, era novedad, mujeres árbitros en el fútbol federado. 

Te acompañé a pitar tu primer partido, en las canchas de la Colonia Atlacatl, eran partidos infantiles, muy buen trabajo el tuyo y el de Alicia, recuerdo que a uno de tus compañeros graduados, recién no le fue tan bien y escuché, desde las graderías, una frase de alabanza a tu trabajo: "¡Las mujeres pitan mejor que vos!". 

En ese escenario, me lancé a ver que salía y me paraste en seco: "¿Qué es lo que vos buscas?" En un segundo me hiciste recordar una promesa que me hice, años atrás hastiado de andar "enfierrado" y con el Jesús en la boca, "Algún día, tendré una casa, una familia, y podremos descansar, ver televisión y compartir, sin fierros alrededor" y te respondí: una familia.

A partir de ahí, empezamos a construir futuro. Consciente de mi búsqueda, me abrí, te indiqué los riesgos que asumías al aceptar mi cercanía, las locuras que aun tenía, los sueños que tuve y en buena medida, la realidad que me los frustró. 

Tu ternura cambió mi vida, abandoné la bebida, dejé de fumar y sí, muchas veces despertaste asustada cuando dormido, lanzaba golpes, escapándome a un posible secuestro, me costó soltar el pasado. Pero allí estabas tu.

Dos hijos vivos, uno perdido y todo lo material que hemos construido, pero sobre todo las "locuras" que nos fueron uniendo, nos permitieron superar los momentos en los que incluso pensamos que era mejor separarnos. 

Hemos superado mi miedo. que no nos pudiéramos adaptar a la vejez, por estar siempre trabajando y peleando por la educación de los chicos, siempre ocupados, prestándonos mínima atención a nosotros, pero no ha sido así. 

Recién cumplimos 40 años de compartir vida y creo que en buena medida logramos los objetivos, dos chicos sanos de salud física y mental, dos nietas que empiezan a construir vida, y el futuro, que no sabemos cuánto durará, pero con retos que nos mueven a estar juntos más tiempo. Hasta que Dios decida, Gracias por todo ello Juanita.

jueves, 2 de octubre de 2025

Hijas, Hijos y Padres y Madres... hasta nietos

Yo me jacto que la única mujer que me agarra es Juanita, pero hoy me agarró la tarde para escribir esto, es que hube de ir al Seguro Social a que me tomaran varios exámenes necesarios para determinar lo que está ocurriendo en mi organismo, ya dirá Dios lo que viene, pero al final estoy consciente que uno cultiva lo que siembra y todo el estrés acumulado de algún modo tiene que reflejarse.

Pero eso será tema de otro post, lo que quiero comentar hoy es que me emocionó ver a muchos jóvenes con ancianos, imagino una relación padre hijo o hija, madre hijo o hija, el más impresionante fue ver a un adolescente con un anciano no vidente, el cariño con el que lo trataba y cómo le orientaba hasta para sentarse en la silla correcta en esas sillas de avión que hay en el Médico Quirúrgico del ISSS.

Sin duda, se cosecha lo sembrado, pienso que han de haber sido padres muy atentos, preocupados de sus hijos. Un tipo bien plantado con barba de candado que llaman, con una señora en silla de ruedas, una muchacha joven con una persona que me pareció conocida, la duda me creció porque las dos veces que nos cruzamos en el camino no solo cruzamos miradas, sino que las mantuvimos, pero no pude recordar quien podría ser, ni él me envió alguna señal que pudiera iniciar un saludo.

Apareció una señora ya de unos 50 años, con una anciana, solo que ella iba con uniforme de médica, entonces corrió hacia la unidad que debía atenderla y pensé, como buen salvadoreño: alguien que busca un conecte para pasar primero, pero no, como es usual en estos casos, estuve equivocado, estaba ubicándose dónde tramitar el examen que su mamá requería.

Con la conversación que su madre mantuvo con otro octagenario, descubrí que ella es odontóloga, tiene su clínica privada, por supuesto la señora aprovechó para dictar la dirección, su orgullo brotaba, mencionó otro hijo con título y dos nietos uno ya graduado y uno en proceso. El orgullo fue discutido por el otro interlocutor, varón él, que expuso que había trabajado en ANTEL (Administración Nacional de Telecomunicaciones, la compañía estatal de teléfonos que fue vendida como parte de la corrupción, perdón digo de la privatización que se puso de moda unos años atrás), que venía de cuna muy humilde pero que tenía un ingeniero civil y un eléctrico.

Y así, nos pasamos desde las 5:00 a.m. hasta las 12:30 p.m. que salí, así es el seguro, no tengo nada que reclamar al personal, son excelentes y se rebuscan en su trabajo (al menos con los que he interactuado hoy y las veces anteriores), pero del sistema, del conjunto de procesos, de esos sí que podríamos hablar "largo y tendido", porque esos son responsabilidad de la dirección superior.

Pero me quedo con la experiencia de ver esos jóvenes acompañando a sus viejos, y el saber que en mi caso, mis hijos hasta sus seguros personales han puesto a disposición, pero ellos ya saben cuál es la regla: a mi me toca ISSS, nada privado. Gracias amores míos.