miércoles, 14 de diciembre de 2022

Pobres contra pobres


 

En 1969, cuando el Partido Comunista de El Salvador (PCS), llamó a todos los salvadoreños a respaldar la guerra contra Honduras, hubo una voz disonante que dijo, palabras más, palabras menos, que aquello era una lucha de pobres contra pobres, los pobres de El Salvador, contra los pobres de Honduras.

Ha sido costumbre del poder político y económico mantener esa lucha, esa discordia entre pobres. Ejemplos abundan en las fábricas, en las maquilas, en todos los centros de trabajo públicos o privados.

Pobres fueron los "orejas" de la dictadura militar que, ocultos en el manto de la impunidad, señalaban a otros pobres, porque pensaban diferentes, porque opinaban diferentes, porque soñaban un país diferente. Sus patrones, les vendían el concepto de patria y comunismo ateo, para fundamentarles un patrioterismo ilógico, inhumano y justificante de las torturas que luego aplicaban otros pobres, disfrazados de "autoridad" a los pobres que habían sido detenidos, desparecidos y que serían asesinados por otros pobres empoderados como "justicieros" de la democracia y la cultura occidental.

Nada nuevo, desde siempre, el hombre ha sido depredador de sus hermanos, desde caín y abel. 

Pobre fue el que por 30 monedas de plata (ni siquiera oro), una inigualable oportunidad para dejar de ser pobre, vendió a su maestro y, supuestamente, amigo. 

Para el sistema fue un triunfo hacer que los pobres estudiantes de los institutos nacionales técnicos se pelearan contra los pobres de los institutos nacionales (no técnicos), en lugar de pensar en asociarse en organizaciones estudiantiles como las históricas Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES), Movimiento de Estudiantes Revolucionarios Salvadoreños (MERS), Ligas Populares de Secundaria "Mario Nelson Alfaro" (LPS-28), Asociación Revolucionaria de Estudiantes de Secundaria (ARDES). Esas que luchaban por una educación de mayor calidad y por la democracia en El Salvador.

Fue un mayor éxito cuando los pobres embrutecidos por la droga, decidieron que valía la pena "defender territorios", como se hacía en Estados Unidos, ridícula decisión en un país tan pequeño. Pero que ha justificado y facilitado la lucha de pobres contra pobres, en lugar de que los pobres lleguen, juntos a analizar, la razón de la marginación social y económica en El Salvador.

Mientras los políticos viejos y nuevos, ladrones todos, ven como poco a poco les liberan a sus parientes, a sí mismos, sin tocarles el grueso de su riqueza mal habida, o siguen enriqueciéndose de mala manera, los pobres, siguen peleando contra los pobres.

Mientras un político ladrón de millones vive "encarcelado" lejos de la violencia diaria de las cárceles, en sectores especiales, el que robó una gallina sigue llegando y sufriendo el ambiente rancio y criminal de las cárceles.

Hay diferencias, porque los vigilantes pobres vigilan y maltratan a los prisioneros pobres, mientras los carceleros pobres, protegen y cuidan a los dos o tres políticos corruptos millonarios que, cayendo en desgracia, han sido acusados y, con un poco de suerte, condenados a unos pocos años, gracias a las negociaciones que tienen para reducir condenas.

Siempre será así, hasta que los pobres entiendan que sus intereses son comunes y que la lucha no debe ser entre ellos, sino contra quienes les ponen a pelear entre ellos por sus derechos hoy, contra lo que serán sus derechos mañana... mientras que los promotores de la pelea siguen enriqueciéndose a costa de los boxeadores que luchan por sobrevivir en su pobreza.

Ahora nuevamente la batalla se prepara, pobres jóvenes contra pobres viejos... nada nuevo, los jóvenes buscando una oportunidad, los viejos queriendo cobrar lo justo por todo lo que han trabajado y le niegan con pensiones de miseria. 

Pobres jóvenes contra Pobres viejos... la lucha de siempre, los pobres contra los pobres

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