lunes, 24 de febrero de 2014

Venezuela...



Un buen día de abril o mayo de 1981, pude por fin platicar con "Chicho", recién había pasado la ofensiva de enero y compartimos tristeza, empezamos a caminar Santa Ana, desde no se que calle y caminábamos unas 10 cuadras, luego cruzábamos a la derecha caminábamos una cuadra, giro a la derecha de nuevo y nos regresábamos esas mismas 10 cuadras. Había tanto que compartir y así llegamos hasta la calle que es donde está los Multifamiliares Atlas y me dijo que no podía seguir caminando, porque el 10 de enero, de allí en adelante, ante el convencimiento de que el triunfo era cosa de horas, se quitó la pañoleta y siguió combatiendo al descubierto. ¿Cuánto habíamos caminado? no lo recuerdo, fue lo suficiente para recordar que luego de 1973, con el golpe de Augusto Pinochet en Chile, tomé conciencia de que los errores en los procesos sociales (revolucionarios o no), pero especialmente los errores y necedades de los dirigentes de esos procesos, siempre, siempre, son pagados por los más pobres, por esos que se comprometen con el sueño y son los que como dicen que decía el Che Guevara, tienen la revolución en el corazón para morir por ella, no en la boca para vivir de ella.

Venezuela tiene problemas, de lejos, desde fuera y con la desinformación existente, parece una situación muy delicada, que de no manejarse con cuidado, podría finalizar en un enfrentamiento militar-civil, en el que sin duda más de algún país interesado en el petróleo venezolano, estaría tentado a participar directamente. El diálogo se ve como indispensable en este momento, en realidad debería ser necesario siempre, pero en este momento parece especialmente necesario.

En 2007, comenté que me parecía que el Comandante Hugo Chávez estaba cometiendo un error al no formar cuadros dirigientes, nuevos liderazgos. Viendo la Venezuela de éste y los días recientes, da la impresión que realmente Chávez falló, Maduro no está a la altura de la realidad venezolana y los militantes más esperanzados del proceso social venezolano se pueden ver afectados.

Me parece, siempre desde fuera, que la fuerza militar venezolana, está respaldando al presidente Maduro, y esto hace más probable el aumento de la violencia, en tanto hay un sector en la derecha que parece lista al enfrentamiento armado.

Ojalá el raciocinio inunde las cabezas de los dirigentes políticos venezolanos y el diálogo se desarrollo, de lo contrario, veremos nuevamente, como los más pobres, los más esperanzados en los procesos sociales, pueden ver, una vez más, postergados sus deseos, sus esperanzas y sobre todo su derecho de seres humanos para una vida digna.

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