viernes, 1 de mayo de 2015

Cuatro en fila



Caminamos en columna, somos cuatro, Oswald, Chicho, yo, un cuarto que no recuerdo o no identifico, pero se que somos cercanos, podemos confiar el uno en el otro, caminamos todo el país en un instante ¿Cuánto dura una noche?

Si quitamos al cuarto y colocamos en su lugar al "Chino" Alex, estaríamos los cuatro que formamos parte del primer organismo de la JC en el que estuve. Faltará el responsable, pero es que hubo más de uno: Cacho, Líber, Víctor... a lo mejor todos ellos son el cuarto que no identifico pero que se confiable.

Caminamos en silencio, pero internamente se que todos sentimos lo mismo: una felicidad total, el reencuentro es así, la alegría de volver a tener a los amigos cerca de poder hablar con los gestos, de caminar en columna, en silencio, con la total tranquilidad de que la vida no está en riesgo... no llevamos nada más que la ropa puesta, no mochilas, no libros, las manos libres... Seguimos caminando.

En un momento dado estamos dentro de la UCA, cruzamos, salimos de ella, llegamos al mar, caminamos sobre unos acantilados ¿dónde hay acantilados en El Salvador? No lo recuerdo o más bien no lo se.

Por alguna razón me retraso y luego corro para alcanzar esa columna, pero no les veo y de la nada, aparece un rostro de alguien que alguna vez conocí como profesor de filosofía, algún día me dijo el nombre mientras comimos algo, pero no lo recuerdo. Su rostro si jamás lo olvidé, lo se porque lo conozco al momento de verlo, pero hoy no lo recuerdo, a lo mejor es esa cosa rara que llaman subconsciente.

Veo el rostro sonriendo, me alegro y le saludo y le pregunto si no ha visto pasar a Chicho y Oswald… es raro porque estoy casi seguro que nunca se conocieron entre ellos… sin embargo me abraza y me indica, extendiendo su mano, el rumbo.

Hay una vereda la sigo cuando escucho una voz conocida: “!Que pasó cabrón¡” y bajando, desde la altura, hacia un plano en donde el “Chino” Alex me espera con los brazos abiertos. Me sonrío y le saludo, nos abrazamos, al verlo, reflexiono que todos estamos mayores, ya no somos más los adolescentes soñadores.

He llegado a un lugar, como un cuarto de cancha de futbol libre de maleza, rodeado de mucho monte en el que departen muchas personas.

Chicho y Oswald están saludando gente, conozco a muchos de ellos, saludo a algunos, veo que cada quien saluda a sus conocidos, veo y reflexiono, primero que no todos conocíamos a todos, segundo, que algunos de ellos están muertos.

¿Qué sigue en esta reunión? Me pregunto esto…

El despertador suena y un día más de trabajo… ¿Por qué habré soñado eso? No lo se. Solo deseo que todos estén bien, que sean felices donde quiera que se encuentren, vivos o muertos...


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