¿Habré hecho un buen trabajo?

Pude haber visto el trabajo de Marcel Marceau, lo pude haber hecho en Miami, cuando se presentó ese año, ese mes, esa semana, ese justísimo día que yo estaba en Fort Lauderdale, pero el dinero no lo permitió, a lo mejor un poco de miedo a lo desconocido. Mis hijos estaban pequeños aun, eran mi responsabilidad y recuerdo que el mayor terror de esos años era morirme, desaparecer, ser acusado, capturado y condenado por cualquier tontería y dejarlos solos, sin preparación académica, sin herramientas para ganarse la vida.

Cuando Yas nació me volví miedoso, pensaba dos veces cada acción, prefería no salir y la verdad no me hacía falta, toda la adolescencia la pasé agazapado en lo más oscuro que no me causó problemas el mantenerme encerrado en casa, el lugar más seguro de todos.

Lo recuerdo ahora que escucho “La Felicidad” de Pablo Milanés y “Los días no volverán” de Carlitos Varela…

No me arrepiento de no haberlo visto, a Marceau, pero me hubiera gustado ver al gran maestro de maestros, del que alguna vez nos habló el Oscar Fonseca.

Hoy casi con 59 años, acercándome a la fecha de cierre, pienso más en la muerte, ya no como algo inherente a la acción que hacía en la adolescencia, sino como el fin de la vida y cambia en mucho… antes era un paso necesario para alcanzar los sueños que tuvimos… hoy es el adiós definitivo. Al ver hacia atrás el único rastro que veo tras de mi es el de mis dos hijos… ¿Habré hecho un buen trabajo?