Para las elecciones de 2012; 2014 (dos rondas) y 2015, anulé mi voto, en su momento expuse mis razones: "Yo voto no votando"; "El Salvador merece un futuro mejor que todos ustedes"; "No importa quien gane, seguiremos siendo los tristes más tristes del mundo"; "Reflexiones Post-Electorales".
Para las elecciones por venir (4 de marzo de 2018) había decidido en principio anular mi voto, luego surgió la posibilidad de candidatos independientes y decidí respaldar a uno que lastimosamente no llegó al final, así es que reiteré anular el voto, pero como diría la maestra María Ofelia Navarrete en "María´s Story": "esta realidad (es) tan cambiante..."
Cada día, trato de tomarme el tiempo para evaluar la situación nacional y revisar mi pensamiento. A partir de esta revisión y análisis (equivocado o no) he decido finalmente seleccionar a algún o algunos candidatos en las elecciones del 4 de marzo.
El candidato o candidatos seleccionados NO serán de ninguno de los partidos políticos que hoy están en la Asamblea Legislativa, ni del Fraternidad Patriótica Salvadoreña (FPS), ya que los primeros han evidenciado incapacidad total y los últimos confunden cebo con manteca al querer tener Guardia Nacional (violador de derechos humanos) y CICIES (investigadora de violaciones de derechos humanos y corrupción).
Las decisión la tomo bajo las siguientes consideraciones:
- Las declaraciones de un alto dirigente del FMLN que, añadidas al movimiento que se gesta ya alrededor de la elección de magistrados de la sala de lo Constitucional, me hacen pensar que la dictadura se prepara a resurgir.
- Las continuas fallas que ha estado mostrando los simulacros del TSE, que me hacen pensar (por la experiencia 1972, 1977) que las elecciones de 2018 serán un perfecto campo de práctica para fallas mayores en 2019.
- El surgimiento de líderes dentro de las nuevas generaciones que plantean seriamente, la posibilidad de construir un país mejor a partir del trabajo diario y propuestas realizables, aquí vale la pena mencionar:
- El trabajo arduo de algunos jóvenes que decidieron romper el status quo y lanzaron candidaturas independientes con todo el trabajo y lucha que eso implicó.
- La decisión de quienes no alcanzaron las firmas o bien fueron bloqueados abiertamente, a seguir activos desde el campo ciudadano opinando y activando.
- La discusión, que sobre el voto nulo, han impulsado y mantenido muchos jóvenes con lógica (Erika Saldaña) y, cifras (Malcolm Cartagena) lejos de la tradicional y trilladas, "si no votas, ayudas a los del otro partido".
- La participación de mucho joven, sin formación política alguna, en las Juntas Receptoras de Votos, el ánimo que he visto en algunos amigos y amigas que han sido convocados y que van con alegría y confiados en que harán un servicio a la Patria.
- La convicción de que en mi calidad de "viejo" mi responsabilidad es apoyar el esfuerzo de estos jóvenes para que puedan construirse el país que mi generación no pudo construirles.
- La imparable violencia, en la que los partidos actualmente existentes en la Asamblea Legislativa han demostrado no solo incapacidad para solucionar, sino complicidad para incrementar. Por supuesto no soy tan inocente para caer en trampas como que la Guardia Nacional o la pena de muerte van a ser solución. El problema es más complejo.
- Los interesantes discursos de candidatos jóvenes en partidos que actualmente no están en la Asamblea Legislativa, ejemplo Jorge Mario Meléndez, (PSD) Leonardo Bonilla (Independiente)
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