Queriendo olvidar me acordé de un asunto:
Una vez asaltaron un banco, recuerdo haber leído en los periódicos que hablaban de dos hombres y una mujer, que la mujer llevaba uniforme de colegio, que entraron como clientes, que el guardia del Banco había reaccionado y herido a uno de los asaltantes y creo que el vigilante quedó muerto.
Toman el dinero y el herido queda en el suelo (no recuerdo si dentro del banco o en la acera del mismo), antes de huir, la muchacha se acerca al herido y le dispara en la cabeza.
Eso dio pie a que el periódico, al menos el que leí (no recuerdo la marca), rasgara vestiduras evidenciando lo inhumano de los "terroristas", porque ¿cómo era posible que un "compañero" matara a otro? y lo matara así fríamente, con un tiro de gracia.
Años después C. Y. me comentaría que él conoció a la compañera y que ella, sentados ambos en una banca del parque central de Sonsonate, le compartió esa experiencia, como parte de su formación básica, para que, en caso no lo hubiera hecho, comprendieran el tamaño e implicaciones de la decisión que tomaban ingresando al ERP.
C. Y. recordaría emocionado: "la compañerita lloraba mientra me lo contó", le dijo que todos los que participaron en esa operación militar, sabían que eso podía pasar, pero que hubiera preferido ser ella la herida y no quien tuvo que salvar de las torturas al fallecido. ¿Dónde podía una guerrilla que iniciaba atender a un herido de gravedad? ¿Cómo cargarían a un herido, siendo que no se podía mover por sí mismo?
Decisiones duras, por eso es que me dan asco quienes hoy quieren vivir a costa de los logros ajenos o quieren, ellos mismos, ser considerados héroes. Nadie obligó a nadie a ingresar a un organismo político militar (al menos antes de la guerra); fue una decisión voluntario, y la decisión tomada conscientemente, incluía la certeza de que el final era Vencer a la dictadura o Morir en el intento.
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