miércoles, 25 de septiembre de 2013
Hay días en los que todo el amor del mundo pareciera que está aquí. Entonces dan ganas de reconciliarse con la vida, que la nostalgia se retire, que lo doloroso del pasado se reemplace con la sonrisa de los que tanto amamos. Entonces sueño que este país tendrá mejores días, alcanzará la felicidad y será su gloria mayor el conservarla. Cuando eso ocurra, Salarrué y Claudia Lars dejarán de ser nombres desconocidos, sabremos que son pseudónimos de grandes salvadoreños y leeremos su obra, y la discutiremos y en los buses nos alegraremos escuchar a los niños reírse a carcajadas por un cuento, y en los actos de fin de año, podremos ver a los niños representar a la Juana (la de la honra) o a lo mejor aquel cuento que contaba sobre 1932 sin contarlo, y enamoraremos con sonetos de Claudia. Alberto Masferrer será lectura obligatoria, pero no para un examen en el que "copiemos para pasarla", sino para discutirlos, asumirlos; y la poesía resurgirá desde las páginas de los Espino (Alfredo y Miguel Angel) y Ambrogi, Gavidia y esos profundos dejarán de ser elevadísimos para convertirse en parte de nuestro diálogo dominguero, de la plática "cueshte". Hay días que la alegría está aquí, dentro, pareciera que no ha pasado nada más que felicidad, Hay días en que sueño que el país es ya esa "...chulada de circo para niños con payasos cosmonautas y mistiricucos de Saturno con repartición de sorbetes de mora y caramelos de leche de burra de puro choto para todos y chilate con nuégados para los papases y las mamases a la salida..." y entonces la historia será una cuestión conocida, ya no oculta, ya no secreta. Y tendremos una plaza de la dignidad que estará construida donde estuvo la biblioteca Nacional, esa manzana en la que los maestros del 68 encerraron al ministro de educación y la dictadura lo sacó en helicóptero, ante los gritos de algún maestro que olvidó su educación para gritarle que era eso... Y podremos ver allí sobre lo que a este país le ha pasado y podremos reconciliarnos con el pasado y sabremos quienes fueron y ellos tendrán oportunidad de decir porqué lo hicieron y todos nos volveremos hermanos y dejaremos de ser borregos de los partidos políticos que cada campaña nos ponen a discutir, para que, luego de las elecciones, nosotros nos quedemos trompudos y ellos trompeandose en los rincones de la Asamblea y colaborándose para enriquecerse más. Y entonces seremos capaces de discutir con respeto las ideas y podremos generar soluciones de interés común... Y eso es lo que pasará, pero es a futuro y yo pensaba que hay días en los que todo el amor del mundo pareciera que está aquí... lástima que hoy no es uno de ellos.
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