Imagen tomada de la presentación en pantalla de Netflix.
Cuando niño, según crecía, las profesiones que me gustaban fueron cambiando: quise ser aviador, periodista, doctor en medicina e ingeniero eléctrico, en ese orden, entre los 8 y los 18 años. Ninguna de esas carreras estudié, porque incluso la ingeniería fue un año difícil en el que a duras penas avancé en una materia y cuando la retomé cerraron la Universidad. Luego regresaría en una universidad privada y alcanzaría creo que tercer año y cerraron la carrera.
Cada una tuvo su razón de ser en su momento, pero finalmente me tocó estudiar Administración de Empresas, por eso “El Asco” de Castellanos Moya me causó mucha gracia.
Periodismo fue una carrera que “practiqué” cuando, como miembro del Club de Periodismo de la Casa de la Cultura en Santa Ana, elaboramos un par de folletos al que llamamos periódico y en el que, tanto César Martín, como yo, colocamos amor y tiempo redactando, diseñando, ilustrando, diagramando y solo nos salvamos de la impresión porque no contábamos con un mimeógrafo.
Posteriormente aprendería el uso de mimeógrafo, quemadores y máquinas de escribir. Luego de eso, con el tiempo, aprendí el uso de programas y computadoras, impresores y otros equipos que son parte de un periódico porque trabajé en uno, por 14 años.
En alguna ocasión, hice escritos que fueron publicados, así repetí el deseo de estudiar periodismo, pero fue superior la necesidad de comer, así es que finalmente: Administración de Empresas; además, estaba convencido de que, en El Salvador, faltaba mucho para cambiar la calidad del periodismo y el periodista y aun, por esa fecha, me frustraba con facilidad y decidí que no iba a soportar esa situación.
Los cambios se fueron dando con el crecimiento de la facilidad de conexión, era inevitable, y “alguienes” se comprometieron para lograrlo. Admiro, sinceramente, el noble trabajo de los periodistas, por eso he disfrutado películas como “Spotlight” ("Premio Oscar 2015" a la mejor película de ese año) disponible ya en Netflix y que en español es titulada “En primera plana” .
Hay películas buenas en esta temática del periodismo, recuerdo como primera de ellas “Todos los hombres del presidente” sobre el descubrimiento luego de una larga y cuidadosa investigación, el caso Watergate. Otra más es “Los gritos del silencio” que narra las “bondades” que el Kmher Rouge realizó en Camboya.
También ha habido desastrosos montajes sobre el trabajo periodístico, para mencionar solo dos: “Bajo fuego” y “Salvador” que narraban los procesos políticos del 70 en Nicaragua y en El Salvador respectivamente.
Falta mucho por recorrer en El Salvador, pero el periodismo ha mejorado notablemente, hoy podemos ver trabajos de investigación, que si bien, se hace evidente que han sido proporcionados a los periodistas por los interesados en destruir al personaje mencionado en el mismo, al menos es una forma de obtener información que de otra manera ignoraríamos.
No se puede medir la calidad de los profesionales estadounidenses, formados en universidades con recursos abundantes, lecturas obligatorias y compromiso real en la formación, contra los que se educan en El Salvador, pero tampoco se puede negar que se ha avanzado, y se seguirá avanzando. Así es que esperemos que un buen día, podamos admirar también el trabajo de uno, varios, periodistas salvadoreños, en alguna película producida por el impacto del trabajo y la calidad de la investigación periodística que se contará en ella.