sábado, 31 de mayo de 2014

Que dirá el Santo Padre...



Viniendo de una familia religiosa, de misa dominical, bautizo, confirmación, etc. mi ingreso a la Juventud Comunista (JCS) fue una necesidad por la desesperación provocada por una dictadura que asfixiaba a los ciudadanos, que veía en cada joven un riesgo latente, un enemigo en potencia.

Estaba consciente, antes de ingresar, del riesgo de estar en una organización política clandestina (en ese momento con la inteligencia personal para controlar al enemigo y superarlo en agilidad adelantándonos hasta donde fuera posible como única arma disponible), comprendía que existía de nacimiento un conflicto: los comunistas eran materialistas por principios, por conocimiento. Con el tiempo imaginé que en realidad era una respuesta a la complicidad de la iglesia (especialmente católica en ese momento, posteriormente también entrarían las evangélicas) con el poder político y el constante temor que, desde la fe, se imponía a los ciudadanos del mundo.

Puedo decir que si bien no iba a misa dominical, yo siempre dejé claro que creía en Dios y esto generaba muchas discusiones, pero no era el único. Estaba consciente de eso, cuando "Voz Popular" el periódico del Partido Comunista de El Salvador (PCS) publicó un artículo de análisis respecto a como los cristianos y los comunistas podían realizar actividades conjuntas, que podían tener una agenda básica común en temas como la importancia del respeto a los derechos humanos, del respeto a la persona humana porque para unos era imagen de Dios y para los otros producto supremo de la evolución.

Con el tiempo las prioridades decantaron hacia otras tareas más urgentes que la de convencer a los cristianos de que Dios no existe, y la misma experiencia, la realidad, demostraron que en efecto, los cristianos jugaron un papel importante en la lucha por el respeto a los derechos humanos, aun cuando en aquella época no fueran lo conocidos que son hoy.

El primer gran choque para mi, dentro de la JCS fue escuchar "Qué dirá el Santo Padre", canción de la guerra civil española que escuché por primera vez con "Quilapayún", juela cuestionar la inalcanzable imagen del Santo Padre, uyyy!!! (persinada incluida) hacía surgir los temores de que un rayo nos caería, pero no fue así. Proceso de reflexión de maduración, que me alejó de la religión, más no de Dios.

domingo, 25 de mayo de 2014

Carlos Puebla y los tradicionales


Carlos Puebla, me parece que está en su escenario favorito: "La bodeguita de enmedio"
en La Habana. Dice ser un video de 1978


En Radio Habana Cuba, en 1977 o algo así, cada domingo había un programa que presentaba la música de Carlos Puebla y a me gustó desde la primera vez que lo escuché, me gustaba su tipo de música, no solo el mensaje, también el ritmo, el sonido.

Carlos Puebla era un buen propagandista musical de la "Revolución cubana", ahora tenemos una opinión sobre la revolución socialista de Cuba, el Partido Comunicas Cubano y sus dirigentes, en aquellos días, la cuestión era menos que remota y dependíamos de la Radio Habana. Eran días de mucha esperanza, de gran sacrificio, inmensa hermandad y alegría musical.

Recuerdo algunas canciones de esas. En primer lugar la dedicada al Dr. Ernesto Guevara de la Serna: "Hasta siempre", que tan universal es, que yo la escuché por primera vez con un grupo diferente de Carlos Puebla y los Tradicionales..., así es que no sabía que el autor era él. Si gusta escriba en YouTube: "Hasta siempre" y ya verá quienes la interpretan. Inicio de guitarra y el "Aprendimos a quererte, desde la histórica altura donde el sol de tu bravura le puso cerco a la muerte, aquí se queda la clara, la entrañable transparencia de tu querida presencia comandante Che Guevara..."

Otra: "Y en eso llegó Fidel" que siempre la identifiqué como "Llegó el Comandante y mandó a parar" porque el coro eso dice: "Se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar". Canciones tan viejas (inicios del 1970 o antes) y tan actuales: "aqui pensaban seguir jugando a la democracia y el pueblo que en su desgracia se acabara de morir y seguir de modo cruel sin cuidarse ni la forma, con el robo como norma y en eso llegó Fidel. Se acabo la diversión llegó el comandante y mando a parar".

Una más: "Pero la reforma agraria va, de todas maneras va. Hay egoísmo sin nombre en gente de mente flaca, que exigen para la vaca lo que niegan para el hombre, pero la reforma agraria va, de todas maneras va", eran días de lucha contra los latifundios que impedía que, en aquel entonces en El Salvador, los campesinos que eran mayoría, vivieran como personas... "que se mantengan en paz la reacción y sus fusiles porque aunque lluevan raíles, la reforma agraria va..."

Y Canción tras canción, Carlos Puebla fue el cronista de la historia de esa esperanza incompleta llamada Revolución Cubana, tan inspiradora, en esos años, para muchos de nosotros. Como olvidar "Por allí vinieron" luego de Bahia de Cochinos: "...no vino ni un proletario no vino ni un campesino, vinieron los asesinos contra revolucionarios, por allí vinieron, pero allí quedaron por allí vinieron los pobres pero allí quedaron. Vinieron algunos más: curas y capitalistas, esbirros, latifundistas y niños de sus papás..." "...Vinieron con un criterio de turista americano, pero aquí, los milicianos los esperaban en serio".

Ha pasado tanto tiempo y cada día ha sido una experiencia que se va acumulando en el conocimiento de cada uno de nosotros. Sin embargo, esta música, sin duda por el momento en que la escuchamos por las implicaciones que tenía aun me emociona, me alegra y me lleva a recordar que a pesar de todo el tiempo transcurrido, algunas cosas siguen iguales.

Y me acuerdo de él porque en el fondo quisiera que En Salvador, se cumpla el sueño de que llegó el comandante y mandó a parar la corrupción, la falta de transparencia y la maldita pésima educación que reciben los pobres.



miércoles, 21 de mayo de 2014

Dos buenas noticias: Quino - Canjura



Dos buenas noticias este día:
  1. Joaquín Lavado, padre oficial de Mafalda es premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por los "lúcidos mensajes" de sus historietas.
  2. Carlos Mauricio Canjura Linares, a quien identifico de inmediato como uno de los soñadores que crearon, contra viento y marea; la escuela de jóvenes talentos en la Universidad de El Salvador; será ministro de Educación en el próximo gobierno.
La primera noticia es el reconocimiento justo a un gran artista. Uno que desde la voz de una niña era capaz de cuestionar a las dictaduras de América completa, no sólo a la de su Patria original, sino a toda América. La leíamos y nos identificábamos con la pequeña Mafalda y todo su clan: Miguelito, Manolo, Libertad (¡la bellísima Libertad!), Susanita, sus padres y luego el Guille. Con mafalda conocimos el "palito para abollar ideologías"; o las frases en la pared a medio terminar; la belleza de lo rural argentino (en una de las vacaciones familiares)... Tanta vida, tanto sueño, tanta esperanza, tanta Mafalda.

La segunda noticia es la apertura a la esperanza de que la educación por fin será el centro del desarrollo futuro. Ojalá que el licenciado Canjura no se deje impresionar por toda la burocracia, por la comodidad de alguno que otro servidor público, gerente o dirigente que a su conveniencia quiere que la educación siga igual: mal. Me parece a mi (espero no equivocarme) que ha sido una excelente decisión y que sin duda el nuevo ministro permitirá que nuestros niños y jóvenes aspiren a abandonar la pobreza con su propio esfuerzo, creatividad y conocimiento. ¡Vamos, ponemos contadores a cero!, inicia una nueva etapa en la educación. Ojalá no nos equivoquemos.

Un buen día, a pesar del dolor de que don Chamba se fue y tuvimos que acompañar unos minutos a su esposa y hermana, queridas compañeras de trabajo. A pesar de que hoy nuevas familias lamentan la pérdida de un ser querido. Aun en toda la miasma de estos políticos que dan un sentimiento de cólera y lástima por ellos. Dos buenas noticias. Alegría en el dolor, esperanza en el medio de la desepseranza provocada por tanta frustración. Buenas noticias.

Gracias Mafalda, de mi parte saluda y felicita a tu padre.

¡Vamos con todo licenciado Canjura, este país y su gente merece un futuro mejor!

miércoles, 14 de mayo de 2014

Aeropuerto Internacional Presidente Juscelino Kubitschek

El Día de la Cruz llega a su fin, inicia ya el domingo 4 de mayo y estamos descendiendo en el Aeropuerto Internacional de Brasilia, llamado Presidente Juscelino Kubitsche (Soñador y fundador de la ciudad). Desde el aire Brasilia se ve tremandamente iluminada, un orden impresionante, líneas rectas de luces que se extienden por kilómetros.

Bajamos y como obedientes borregos seguimos al primero que camina en la hilera de somnolientos viajeros. Supongo que todos imaginamos que el primero sabe por donde va, para donde va y ese repentino Forrest Gum corriendo hacia la migración del aeropuerto es perseguido de cerca por todos los que el avión va expulsando.

Es un recorrido corto, la migración son unas casetas (parecidas a las del aeropuerto de El Salvador) en el que los agentes de migración te sellan el pasaporte o llaman a otra persona, un agente de la policía para hacer consultas, para revisar algún documento o para hacerte preguntas. No hay uno solo uniformado, todos de civil, se que son policías por las "discretas" armas que sobresalen en sus cinturas y que se cubren educadamente con sus camisas.

Salimos y el clima está fresco, no frío, solo fresco. tomar el taxi, llegar al hotel y dormir.

El regreso será parecido, medianoche de un viernes 9, y todo lo que conocí del aeropuerto internacional de la ciudad de Brasilia fue un pasillo a migración en la llegada, y una sala de espera en la salida. 2:30 a.m. inicia el retorno a la Patria, a la querida Patria, al amor de los que amo, al cariño de los amigos, de los hermanos de siempre, de toda la vida, de mi familia... y cuando lleguemos será 10 de mayo.

martes, 13 de mayo de 2014

Tocumén



Cinco horas de vuelo por delante. Debemos consumir las cinco horas previas a ese vuelo, en este aeropuerto, la primera idea es recorrerlo de punta a punta, como la canción de Torres, pero este aeropuerto no es mujer, es un armatoste lleno de ruidos, luces, ventas, es un mercado cerrado, exclusivo para quienes como yo, están obligados a permanecer en él o bien por quienes, van de paso entre un avión y la ciudad de Panamá.

Recorrerlo una vez, dos tal vez, es grande, mucho más grande que Comalapa en El Salvador. Tiendas con cualquier clase de producto de marcas que uno ha visto en revistas, televisión. Un bellísimo automóvil Audi de exhibición (al menos no tiene colgado el precio) debe costar mucho dinero.

El cansancio genera una mejor idea: sentarse y ver pasar a la gente, es más entretenida. Por el pasillo frente a mi circula toda clase de seres humanos, hombres, mujeres, niños, viejos, jóvenes, gordos, altos, bajos, flacos, con bigotes extraños, con pelos de todos colores y formas. Familias completas. Personas que caminan con paso normal, algunos con paso cansados, otros de prisa, casi corriendo. Un agente de seguridad, un trabajador de limpieza, uno más, una mujer colega de los dos anteriores....

Aburrido, ver las maletas será lo mejor. Igual que los seres humanos, de todos colores, de todos tamaños, con dos ruedas, con cuatro, que se pueden halar, que se llevan al lado de uno como a un perrito faldero; indudablemente las mochilas son más cómodas y caigo en cuenta que frente a mí, existe una sala de espera VIP, una sala exclusiva para viajeros frecuentes de IBERIA (la línea española), Dinner´s Club (la exclusiva tarjeta de crédito) y no recuerdo cuántos exclusivos programas más. No me interesa saber más de eso y empiezo a caminar nuevamente.

Ahora me fijo en los sillones de espera, en las salas repletas de gente, salas alfombradas que sirven (pisos y sillones) de cómodos colchones para viajeros cansados, esperando alguna conexión, a lo mejor con menos horas descansadas que las pocas que llevo a cuestas. Sin calzado, tirados con la mochila o el bolso de mano como almohada, con bolsas y maletas a un lado. A lo mejor vigilados por algún acompañante. Niños que desesperados inventan juegos variados. Padres previsores que han llevado toda clase de juguetes para entreterles. Una abuela que con cuatro niños se sientan en el medio de un pasillo desolado para jugar con ellos no se que juego en Inglés. Los chicos sonrían, rían abiertamente sin perder la mirada del rostro de la abuela, olvidan el lugar, ignorando a la gente, metidos en su mundo. Abuela inteligente, ninguno de los cuatro pequeños lloran o se inquietan... siguen atentos a la líder del juego. Están en su mundo, tan de ellos que es incómodo permanecer cerca, romper esa magia...

Un mundo de gente que camina de un lado a otro, que raramente dirige su voz a otro de los que le cruzan en el camino, acaso para consultar donde esta la puerta 8A o la 12, nada más. Tanta gente, tan separada, cada quien corriendo para seguir su vida dentro de un avión.

Precios que hacen entender porqué los pobres no pueden viajar en avión y sobrevivir en aeropuertos, esperando tanto tiempo por una conexión, sin los 30 dólares que dicen cuesta salir del aeropuerto para visitar un centro comercial enorme de precios baratos a solo unos minutos de ese mundo de apresurados y cansados seres humanos.

Eso es Tocumen, el Aeropuerto Internacional de Panamá, eso fue para mí, las horas que en él esperé.