jueves, 29 de noviembre de 2012

53 años

53 años, la hoja en blanco, la mente vacía. "Tamos" mal.

Los ojos se cierran del sueño, los dedos equivocan las teclas.

No es lo único equivocado, lo fueron también los dos vigésimos de la lotería que evitaron salir premiados

Buenas noches, mañana amaneceré (vivo espero) y tendré 53 años más algunas horas, Palestina será ya un Estado reconocido, al que sin duda Israel seguirá atacando, pero al menos Estado.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Salarrué

Debía escribir la biografía de un escritor salvadoreño, salí sorteado me asignaron a Salarrué, nombre raro pensé, pero rápidamente me di cuenta de que era un pseudónimo y que el nombre real era: Salvador Salazar Arrué. Leí una obra suya, "Cuentos de Barro" para entrar en el ambiente y más de prisa leí algo de los "Cuentos para cipotes".

Entendí que ese señor era especial, que tenía algo, que seguramente había vivido con los pobres, que a lo mejor él mismo lo era, por eso conocía tan bien la vida del campesino de su época, que en tantos años no había cambiado y por eso se entendía tan bien esos "cuentos" tan apegados a la realidad.

Entonces me propuse hacer un buen trabajo, no una simple tarea de escuela sino un trabajo completo. Lo pensé como un libro, encuadernado, engrapado, en la época en que hasta el anillado era un lujo, en condiciones en las que a duras penas sobrevivíamos, pero era una decisión tomada.

Empecé a buscar información sobre el señor, iba a la biblioteca municipal y afortunadamente por esos días, fue publicado en algún domingo, en algún periódico un artículo sobre él y contenía un foto grande de su rostro (parecida a la que acompaña esta post, pero tengo la impresión que miraba hacia la izquierda). ¡Vaya decepción! El Señor Salarrué no era pobrecito, además era un "Chelón plante de Gringo" como se solía decir en esa época.

Con la información lista había que hacer el trabajo, buscando recursos encontré un cuaderno "El Conquistador" que tenía varias páginas intactas, eliminé las usadas, dejé las que calculé utilizaría y estaban vírgenes y volví a colocar las grapas. Luego hice una portada con letras grandes pintadas con colores y luego en la siguiente página coloqué la fotografía de Salarrué (una página completa del cuaderno) y en la siguiente empezaba la biografía.

Por supuesto fue un diez de nota, pero lo más importante es que me acercó al trabajo de un salvadoreño, que como Alfredo Espino y Alberto Masferrer fueron fuentes de conocimiento en aquel mundo huérfano de internet y con tan poco recursos bibliográficos, Ah! si, eso fue cuando cursaba el tercer o cuarto grado.

No eras pequeña, nunca lo fuiste.



¿La recuerdas?, y aun cuando todo lo que decía era falso en tu caso (excepto la altura), yo te la cantaba, solo por verte reír con aquella mirada de "ya vas a ver".

En realidad.

No eras pequeña, apenas unos centímetros más bajo que yo
La gente a tu alrededor te quería, algunos hasta te amaban
Todo en tí era grande: la sinceridad, la alegría, la lealtad...

Esta noche escuchando un listado de canciones de 1978, me encuentro con esta canción y me recuerdo de nuevo de tu gran amistad...

sábado, 17 de noviembre de 2012

Es que no tengo nada que hacer....



Por eso digo que lo de los Días se ha dado por dos razones:

  1. "Al pueblo le falta circo", por lo que todo payaso gratuito será bienvenido y aprovechado.
  2. La frustración que existe ante la impunidad rampante, provoca que cualquier oportunidad en la que la prepotencia pueda ser condenada sin consecuencias personales, será aprovechada por los miles de anónimos que hacen Memes y replicada por los "apodos" o nombres propios que detestan la impunidad.


Además demuestra que:
  1. Los jóvenes son producto de los tatas (¡Juela!, ojalá que yo no haya sido tan pior).
  2. Escuchar decir a alguien que a su parecer no iba tan rápido, cuando todo indica que iba a excesiva velocidad, es decir superando el límite indicado por la ley, demuestra que hay mucha gente conduciendo que no merece tener licencia.


Me recuerdo unas palabras de Shafick Handal, cuando en el medio de una campaña electoral, una periodista le cuestiona porque su hijo (de él) era señalado en una alcaldía metropolitana por malos manejos, Shafick le responde (no lo tengo textual) algo así como: pregúntele a él, ya tiene DUI, es mayor de edad y responde por sus actos.

Sin duda como padres uno quiere seguir cubriendo a sus hijos, pero parte de esa responsabilidad es enseñarles a respetar la ley, de lo contrario no estamos haciendo nada para combatir la violencia que nace en el irrespeto del derecho ajeno.

Finalmente, que bueno tener amigos en los medios que lo alivianen a uno no importa si son mejicanos... Finalmente, se nota que no tengo nada que hacer...



jueves, 8 de noviembre de 2012

Fabio Castillo


Al Dr. Fabio Castillo, creo que nunca le vi (lo recordaría, sin duda), nunca platiqué con él... sin embargo le conocí.

Le conocí por medio de la abuelita de Paty. Fue ella, quien más me acercó a él, nos comentó del líder, del valiente Fabio que fue candidato a presidente en medio de la dictadura militar, que si bien todavía no había hecho las grandes masacres, ya capturaba, torturaba y si no mataba, aparecía el secuestrado varios días después o detenido por bolo escandaloso o en un pueblo olvidado, golpeado, desorientado.

Con el doctor pasó lo que pasa con loa grandes hombres en El Salvador, a finales de los años sesenta e inicio de los setenta, bastaba que dijeran Fabio para que la gente supiera de quien hablaban.

Siempre que leo el cuento de Roque Dalton "Larga vida o buena muerte para Salarrué", imagino que para nuestros días de juventud ese poema tendría que haber dicho "...entre una tronazón de cohetes de vara y la silbazón de las buscaniguas y de gritos de viva Fabio Castillo hijos de puta santo remedio...", porque en esa década, fue Fabio Castillo el liderazgo visible en la izquierda, líder de esa izquierda que se podía jactar (con razón) de tener a los mejores hombres y mujeres en sus filas, los más honestos, los más trabajadores, los más sinceros, los más estudiosos, los más dispuestos a morir sin pedir nada a cambio, sin esperar un puesto, una presidencia, nada... Solo por la certeza de que eso era lo correcto. Y Fabio era líder que predicaba con el ejemplo. Él, un doctor especialista, pudo haber vivido cómodamente sin sobresaltos a su seguridad física, con ingresos económicos suficientes para vivir en una buena colonia, con propiedades, viajando como turista, pero decidió sacrificar eso... Bastará una búsqueda en Internet con su nombre para conocer todo lo que hizo, la calidad de ser humano que fue, el revolucionario consecuente, el hombre que fue...

Yo lo recuerdo como nos lo "presentó" la abuelita de Paty, y hasta este día, no se cuántos años después, nadie ha podido desmentirlo, nadie.

Descansa en paz Fabio Castillo.